Siempre he desconfiado del empirismo. Es imposible despojarnos de todas las capas que recubren nuestra existencia para enfrentarnos al mundo. Un artista manchego realizó unas obras impresionantes sobre la cal de las construcciones tradicionales, que guardaban la memoria del paso del tiempo, por más que quisiéramos «blanquear» siempre quedaban los posos, como en la elaboración de vino. El Centro José Guerrero se inauguró en el año 2000, concretamente el 13 de junio y hoy es más necesario que nunca.
Ninguna exposición acaece en un Museo sin un mínimo impacto en la comunidad, en los observadores, en su materia y su razón. Si Tabula Rasa es empezar de cero. ¿Tienen sentido los Museos? ¿Cuál es el sentido del Centro José Guerrero 20 años después de su creación? ¿Para qué sirve el Centro José Guerrero si no parte de una idea sobre la obra de un gran creador y una obra emocionante? Definitivamente, sin el valor del legado, el Museo no es posible, por ello, hoy más que nunca es una institución guardiana del espacio democrático de memoria, como lugar que garantiza del derecho humano universal a gozar de las artes. El derecho constitucional al disfrute de la cultura. Ni más ni menos.
Y la crisis sanitaria del COVID-19 no ha puesto al descubierto la vulnerabilidad del sector cultural, sino de todos los sectores. El sector cultural siempre es frágil, delicado, sutil y a veces sufre de las mayores incomprensiones por parte de los poderes públicos: sociales, educativos, universitarios, etc. Porque tiene unas características especiales que cualquier persona que trabaje en él, que lo analice con un poco rigor, comprenderá. No se trata de nuevos comienzos ni de vulnerabilidades ni de nuevos modelos. Se trata de que los Museos jueguen el papel activo de primera necesidad que ya tienen en la legislación educativa, en la legislación patrimonial, en las nomas y planes de fomento del turismo. Que lo hagan de manera rigurosa, seria, que tengan una comunicación más directa, más fluida y abierta con la sociedad que los justifica.
No es posible pretender que los museos partan de la nada. Los Museos son los protectores de legados que tuvieron (y conservan) una fuerte carga simbólica en las sociedades que los crearon. Concretamente el Centro José Guerrero, como indica su web tiene como objetivo: “Conservar la colección, exhibirla, difundirla e investigar sobre la obra de Guerrero son las tareas principales del museo, junto al fomento del arte y la cultura contemporáneos”. La obra de José Guerrero forma parte de la historia de Granada y debe ser transmitida de generación en generación, en contacto con la realidad actual. Sin olvidar nunca los orígenes, los ideales, los valores sobre los que se asienta la cultura y que permiten que los Museos existan gracias a su incorporación en las principales cartas de derechos fundamentales. El proyecto de Morales y Rivero refuerza la fuerza de la imagen, alejándonos del propio espacio museísticos.

Siempre tenemos en cuenta el pasado, en cualquier fotografía, en cualquier poema, en las muertes de creadores, en el estremecimiento del arte flamenco, en los laberintos de la Alhambra de Granada. También en los abrazos que queremos volver a recuperar después de la pandemia. Precisamente, lo tecnológico es un riesgo para los Museos, pues una pantalla apagada que no se enciende y un Museo cerrado es la mayor tragedia que puede ocurrir en nuestras sociedades.
Quiero prensar que nunca se va a hacer tabula rasa con la obra de José Guerrero o Federico García Lorca, dos grandes legados de Granada, pero el patrimonio vivo se conserva, se difunde y se protege mejor si se enraiza en el presente. ¿Para qué sirve el Centro José Guererro? Pues eso, para conocer mejor la historia cultural de Granada y del mundo y para que todas las personas tengan la posibilidad de disfrutar de la experiencia estética, con un enfoque amplio y donde el espacio se convierte en el corazón palpitante y cálido de una ciudad y un universo donde la cultura está en el centro de cualquier proyecto de desarrollo y cultura. Como dijo Nicholas Penny “los museos son fuente de conocimiento, no de espectáculo”. Por ello necesitamos ir completando la tabula, pero sin olvidarnos del pasado y sin pensar que la vulnerabilidad de la cultura a veces es una excusa, un distanciamiento para traerla a nuestras vidas. Necesitamos más museos, un retorno a la tradición clásica y volver a modelos ideales culturales que nos guíen, ante la desorientación sobre la cultura y las artes en la actualidad.
Si lo hacemos bien, los Museos serán el alimento para el alma que toda sociedad necesita, como conservadores y como difusores de salud y de bienestar. No con nuevos modelos museísticos que van hacia el museo-mundo, que está en todas partes y en todas las pantallas, sino el Museo como una institución excepcional y única para comunicar y para sentir, en el caso del Centro José Guerrero, con entrada gratuita.
Granada, 26 de mayo de 2020 frente al Centro José Guerrero.



