Gonzalo Díaz Díaz nació en Albacete el 16 de mayo de 1931. Su relación con Castilla-La Mancha es estrecha, y no sólo por su nacimiento en tierras albacetenses, sino porque cada cierto tiempo regresa y ha trabajado sobre personajes y temas de Albacete en algunos momentos de su trayectoria.

A pesar de que Gonzalo había recibido un homenaje en Albacete, su patria chica, por el Instituto de Estudios Albacetenses, no había recibido la atención que por sus méritos correspondían desde el conjunto de la Región que le vio nacer. Por lo tanto, con el apoyo de la Universidad de Castilla-La Mancha, y sobre todo con la imprescindible colaboración de Raimundo Drudis Baldrich, perteneciente al departamento de Filosofía, amigo, gran conocedor de la trayectoria vital y académica de Gonzalo, decidimos organizar un homenaje en Toledo, capital de Castilla-La Mancha para destacar la valiosa aportación de Gonzalo Díaz Díaz a la Filosofía Española con su magna obra Hombres y documentos de la Filosofía Española. El acto se celebró día 30 de octubre de 2007 en la sede de la Biblioteca de Castilla-La Mancha en el Alcázar de Toledo, capital regional.
A este homenaje se sumaron numerosas instituciones, y fueron muchos los asistentes e intervinientes que desde todo el país se desplazaron para dedicar una tarde a la vida, obra y pensamiento de Gonzalo Díaz Díaz. Sus palabras fueron un minucioso recorrido por el devenir investigador de Gonzalo. Entre las instituciones se encontraban la Universidad de Castilla-La Mancha y su Centro de Estudios Regionales, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Instituto de Estudios Albacetenses, la Asociación de Hispanismo Filosófico, el Centro de Documentación Gonzalo Díaz y Maria Dolores Abad de la Universidad de Murcia, así como las áreas de Historia de la Filosofía Española de Universidades como la Complutense, la Autónoma de Madrid o la de Salamanca. Entre los intervinientes destacados profesores y amigos de Gonzalo, que de distintas maneras han vivido con Gonzalo o han reflexionado e investigado su obra.
Y desde Toledo, después de poco más de un año desde que se celebró el evento, ve la luz esta publicación en la que en otro formato se rinde homenaje a Gonzalo, por ser una de las figuras más relevantes de la filosofía contemporánea en la comunidad castellano-manchega, pero también una de las más desconocidas en estas tierras, exceptuando, como decíamos arriba, el reconocimiento como miembro de honor del Instituto de Estudios Albacetenses que anteriormente había reconocido su labor como filósofo manchego el día 21 de abril de 2006.

Ahora, gracias a las instituciones académicas, oficiales y culturales y a este homenaje institucional y amistoso, Castilla-La Mancha salda su deuda con Gonzalo Díaz, un paisano inteligente, lúcido y sobre todo perseverante en un trabajo durante toda una vida.
De esta manera, y queremos destacarlo por lo importante del hecho, no sólo ha sido posible un homenaje en Castilla-La Mancha, sino que gracias a la editorial Almud, y especialmente a Alfonso González Calero, por su constante interés en potenciar el conocimiento y la difusión de la cultura castellano-manchega, en este caso por su solidaridad e inicial interés en mostrar a la Región que vio nacer a Gonzalo su valioso trabajo, va a ser posible que el evento, muy agradable y con relevantes aportaciones en los contenidos y en la forma, en el que participaron, posiblemente los mejores conocedores del trabajo de Gonzalo Díaz y de la filosofía española contemporánea en la actualidad, pueda ser publicado en forma de libro, incluyendo todas las intervenciones de aquel acto celebrado el lunes 30 de octubre de 2005 en la Biblioteca de Castilla-La Mancha o los que, por diversos motivos no pudieron desplazarse y cuyos textos han sido incluidos en este volumen, como es el caso del amigo cercano de Gonzalo y Maria Dolores, Feliciano Blázquez. Este libro dará proyección a lo que aquel día de otoño sucedió en Toledo, un encuentro con el más importante bibliógrafo de la filosofía española.
En sus páginas el lector podrá conocer más de cerca la faceta humana, académica, viajera y emocional de Gonzalo, desde su propia autobiografía, hasta trabajos más emotivos como el de Raimundo Drudis, como compañero en las becas Humboldt, “El hombre y su obra” de Feliciano Blázquez y el minucioso “A solas con Gonzalo Díaz” de Antonio Heredia Soriano en los que con mucha razón da las gracias a Gonzalo en nombre de todos los investigadores de la filosofía española. Los textos de Gerardo Bolado y Antonio Jiménez son visiones históricas sobre la obra del homenajeado, así como la breve pero sustanciosa síntesis que Juana hace de la magna obra Hombres y documentos.
Para los que hemos comenzado el estudio e investigación en Hispanismo Filosófico más allá del año 2003, tenemos que estar realmente agradecidos a la labor de Gonzalo, no sólo en su labor de recuperación del patrimonio filosófico español, sino también en la difícil tarea de recopilación, que ahora nos pone delante un amplísimo elenco de pensadores, una auténtica guía de consulta que sin duda va a facilitar que los nuevos trabajos puedan recorrer el estado de la cuestión, acompañados de las referencias que con la imprescindible ayuda de Maria Dolores Abad, Gonzalo finalizó en el año 2003, con la publicación del séptimo y último volumen alfabéticamente, el que recogía de la S a la Z.
Lógicamente, una labor de inventario sobre el ámbito del pensamiento hispánico no puede cerrarse nunca, pues el flujo creativo e investigador no cesa, quedando por ello numerosos pensadores fuera del completísimo trabajo de Gonzalo. Tenemos constancia de la importancia de este trabajo, porque son varias las universidades que van a coordinarse para culminarlo bajo la dirección desde Salamanca de Antonio Heredia Soriano que aprecia y desea que los valiosos frutos de Hombres y Documentos puedan continuar como herramienta al servicio del investigador y de la metodología de investigación en historia de la filosofía española
Afortunadamente, y en el seno de la Universidad de Murcia, también se ha creado el Centro de Documentación Virtual Gonzalo Díaz y Maria Dolores Abad, en el que de un modo permanente se irán actualizando los autores que Gonzalo catalogó y clasificó en su vida académica y profesional. Esto permitirá que tan importante y apasionado trabajo pueda permanecer en el tiempo, sobre todo por el valor que aporta para los estudiantes y profesionales en el ámbito del pensamiento español, disciplina joven y donde aún mucho queda por hacer.
Con el paso del tiempo, si ya lo es en cierto modo en el presente, la gran obra Hombres y documentos de la Filosofía Española, se convertirá en un verdadero referente cultural. Esta obra será para todos nosotros la memoria de la Filosofía Española. Y cuando la aceleración continua de la producción intelectual en las ciencias humanas en nuestros días esta solicitando más que nunca, la necesidad de un inventario que nos defina el mapa filosófico en lengua española, Gonzalo ha puesto las bases sobre las que construir y definir un buen mapa donde orientarnos en las distintas disciplinas y tradiciones filosóficas hispánicas, trabajo tan bien hecho que de norte a sur de la geografía española ya ha encontrado seguidores y continuadores, buena señal del trabajo bien hecho.
Ahora, tenemos que reivindicar el apoyo y ayuda para dar continuidad a la labor de Gonzalo, desde visiones más locales o regionales, que él mismo por falta de tiempo no pudo analizar ni investigar, porque esencialmente el sentido de estos trabajos estriba en la posibilidad de su continuidad, y ampliación además a la filosofía iberoamericana y todo el pensamiento en español y quién sabe si no construir con la ayuda de las humanidades digitales un importante archivo bibliográfico en la red.
Como ejemplo de esta necesidad de seguir trabajando, en Castilla-La Mancha, tierra de nacimiento de Gonzalo, ya se ha inventariado la historia del Pensamiento regional, seguramente el único trabajo de carácter localista, que después de la culminación de Gonzalo se ha elaborado. La publicación de un repertorio de pensadores de Castilla-La Mancha fue el primer homenaje que a Gonzalo se le hizo en esta comunidad, ya que supuso la posibilidad de continuar y renovar todo su esfuerzo.
Todavía queda mucho por hacer, mucho camino que recorrer, pero tenemos que agradecer a Gonzalo y a su fiel acompañante Maria Dolores lo que ha hecho y lo que esta haciendo por la investigación y recuperación de la Historia Filosófica Española. Muchas son las veces que consultaremos su obra, muchas las que disfrutamos de la compañía de su arduo esfuerzo y muchas son las posibilidades que nos brinda contar con una herramienta tan potente. Una herramienta que continua Antonio Heredia Soriano, Catedrático de la Filosofía Española en la Universidad de Salamanca.